Casi atropello una serpeinte californiana en la carretera de la parte alta de La Dehesa, hablando con los vecinos que paseaban por el lugar, me confirman que la han visto y que han dado parte al SEPRONA, pero salvo error u omisión, no les han visto cumpliendo con su deber; eso si ante unas reformillas en un cuarto de aperos concita la inmediata visita de dichos funcionarios.
Nuestros impuestos solo sirven para mantener un cuerpo que nos reprime y que cuando son necesarios ni se les espera ni dan señales de existir, como pueden corroborar los residentes de la Comunidad la Esperanza y mayormente el impulsor Ruyman, al que se la tienen jurada por dar, lo que el Estado y las instituciones deben garantizar, vivienda a los sin techo y un espacio digno para niños y ciudadanos que todo lo que han hecho es ser POBRES, no tener trabajo.
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