Queremos salvar al mundo y seguir montados en un coche eléctrico que tiene unos 330 kilos de plásticos para pesar menos y está casi todo hecho de petróleo, desde los neumáticos, a los asientos, el volante, los faros, buena parte de la carrocería, la pintura y demás y ambas cosas no son posibles.
Queremos salvar al mundo y seguir circulando por los 200.000 km. de carreteras asfaltadas hechas con derivados del petróleo y ambas cosas no son posibles.
Queremos salvar al mundo y seguir recibiendo 82 millones de turistas cada año y el 80% de ellos llegados en avión y ambas cosas no son posibles.
Queremos salvar al mundo y seguir produciendo cemento con derivados del petróleo y del carbón para hacer más y más edificios y con más hierro y acero que necesitan sí o si carbón para producirse y ambas cosas a la vez no son posibles.
Queremos salvar al mundo y seguir creciendo un 3% anual del PIB y ambas cosas no son posibles.
Queremos salvar al mundo y seguir produciendo aviones y alojándolos en aeropuertos a razón de 200.000 vuelos diarios en el planeta y mil doscientos despegues y aterrizajes diarios en Barajas y ambas cosas no son posibles.
Queremos salvar al mundo y seguir teniendo tractores, cosechadoras, remolques y camiones para llevar lo producido a cientos de kilómetros de distancia y ambas cosas son contradictorias.
Queremos salvar al mundo sin tocar la bolsa de valores, que vive de especular sin hacer nada necesario y eso es una contradicción en los términos.
Queremos salvar al mundo y seguir con Mercadona, Alcampo, Hipercor y Carrefour llenos de cosas envueltas en plástico o en botes de aluminio de un solo uso y eso es imposible de todo punto.
Queremos salvar el mundo e ir a Decathlon a comprar bastones para andar por la calle que no son necesarios y canoas gigantes de plástico con remos de plástico y rodilleras y casco y gafas de plástico, en un país que ya no tiene casi ni rios y eso es contradictorio.
Queremos salvar el mundo y pensamos que la mejor forma de hacerlo es enviar a nuestras tropas en aviones, con helicópteros, carros de combate, blindados y barcos de guerra de todo tipo a pegar tiros a países ajenos con montañas remotas y en desiertos lejanos y eso estropea más el mundo, no lo salva.
Queremos salvar al mundo teniendo solo un hijo, pero eso sí, con pañales desechables y zapatitos y vestiditos y potitos por doquier durante dos años y con juguetes que no le quepan en la habitación y que tenga un futuro más consumista que el de sus papás.
Queremos salvar al mundo, pero con el 5G y la robótica y la alta tecnologia, que lleva siempre aparejadas un consumo desaforado para bajarse a toda prisa las bajas pasiones y los peores instintos y así no hay forma.
Queremos salvar al mundo a través de la cultura y luego el 90% de la cuota de pantalla en nuestros cines y televisiones son series y películas de Hollywood, en razón de la libertad de mercado y eso no hay por donde cogerlo.
Queremos salvar al mundo y luego aceptamos que la mitad del tiempo que ves una pantalla o miras por la calle, solo veas anuncios y publicidad consumista y sin declarar la publicidad como deliton punible, va a resultar que no es posible.
Queremos salvar al mundo, si, pero sin bajarnos del burro.
Pedro Prieto
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