La prensa que blanquea al Gobierno
La prensa que blanquea al Gobierno español: cómplice del engaño
En estos tiempos de crisis institucional y social, asistimos a un fenómeno preocupante: La prensa que blanquea al Gobierno, en lugar de cumplir su rol como garante de la verdad y de ejercer el contrapeso necesario frente al poder, se convierte en cómplice de los desmanes del Gobierno español. Con estrategias cuidadosamente calculadas, algunos medios blanquean decisiones cuestionables y maquillan una gestión plagada de sombras.
La estrategia es clara. Por un lado, titulares anodinos que suavizan el impacto de medidas impopulares, convirtiendo los problemas en meros «retos». Por otro, columnas de opinión que, bajo una fachada de imparcialidad, minimizan las críticas legítimas y refuerzan la narrativa oficial. Y, para colmo, una selección sesgada de voces «expertas», que ofrecen una única perspectiva: la que conviene al Ejecutivo.
No se trata de un error aislado, sino de un patrón. La prensa que blanquea al Gobierno cada vez que el Gobierno se encuentra contra las cuerdas por su falta de transparencia, la prensa amiga saca el paraguas: desvían la atención hacia polémicas superficiales, se centran en errores de la oposición y omiten deliberadamente temas que deberían estar en el foco. Se blanquean los escándalos, se ocultan las cifras y se distorsiona la realidad, alimentando un espejismo que beneficia al poder.
El cuarto poder no puede ser un aliado incondicional del primero. La democracia exige un periodismo valiente, comprometido con la verdad y dispuesto a incomodar a quienes ostentan el mando. Los ciudadanos tienen derecho a saber, a comprender la magnitud de las decisiones que afectan sus vidas y a cuestionar un sistema que se sostiene, en parte, gracias a la complicidad mediática.
Señores y señoras de la prensa, ¿qué precio están dispuestos a pagar por su complacencia? ¿Vale más un titular a medida o una verdad silenciada que el deber de informar? Si continúan jugando este papel de encubridores, no solo traicionan a su profesión, sino también a un pueblo que merece conocer la realidad sin filtros interesados.
La historia no perdonará a quienes se convierten en cómplices del poder en lugar de guardianes de la verdad. Al final, la responsabilidad también recaerá sobre sus hombros.
JMG 12/2024
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