Oto fue un niño guanche, de 7 años de edad. El 6 de mayo de 1497 fue vendido, en Valencia, como esclavo, tras haber sido enviado desde Sevilla por Andrés Font. El dato de la venta lo recoge Vicenta Cortés en su artículo de 1955 publicado en el Anuario de Estudios Atlánticos.

Al igual que otros, Oto dejó atrás la tierra que no volvió a ver, la familia que no vio crecer y los solsticios de invierno (Tabburt n Tagrest, literalmente ‘Puerta del Invierno’).

Este momento del año, en torno al 21 de diciembre, era una fecha vital dentro del calendario luni-solar de la antigua población amazigh de Canarias. Se llevaban a cabo toda una serie de ritos y tradiciones en el ámbito del hogar para atraer la suerte, la abundancia y la salud, y al mismo tiempo para repeler el hambre y la enfermedad.

Así, Oto y los suyos marcaban el día en que Magec, nuestro Sol, salía de la oscuridad, durante la noche más larga del año. Así Oto y los suyos también conmemoraban y honraban el regreso de los espíritus de los antepasados a las tierras de cultivo que, tras la siembra del trigo y la cebada, hacían reverdecer, impregnándolas de la fertilidad que procede del mundo de los Invisibles.

¡¡ Feliz solsticio de invierno a todos/as !!
(no los puedo etiquetar a todos/as)

Por Oto y por los que no están, y por los que gracias a ellos/as seguimos siendo.

#somos_memoria #indígenas_canarios #Islas_Canarias #Solsticio_de_invierno #guanches #legado #patrimonio

La UNESCO usa una imagen de Gran Canaria, realizada por Nacho G. Oramas, para felicitar la Navidad.

Como tantas veces la ONU mirando al pasado más remoto y dejando a los actuales aborígenes a los pies de los caballos de Bolsonaros y Golpistas meapilas Bolivianas.

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