Europa en la encrucijada
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Europa en la encrucijada: Defensa, soberanía y la búsqueda de la paz

En un mundo cada vez más polarizado y convulso, Europa en la encrucijada: Europa se encuentra ante una disyuntiva histórica. La guerra en Ucrania, que ya lleva años de devastación, ha puesto de manifiesto la fragilidad de la seguridad continental y la necesidad de que Europa defienda sus intereses geoestratégicos con firmeza y autonomía. Es hora de que el Viejo Continente deje de ser un actor secundario en el tablero global y asuma un liderazgo claro, no solo en la resolución de conflictos, sino también en la protección de su identidad y su soberanía.

Europa en la encrucijada. Europa no puede seguir dependiendo de las decisiones estratégicas de potencias externas, como Estados Unidos, a través de la OTAN. Si bien la alianza transatlántica ha sido un pilar de seguridad durante décadas, ha llegado el momento de replantearse su papel. La OTAN, lejos de ser un garante de paz, ha contribuido a escalar tensiones con Rusia, alimentando un ciclo de confrontación que ha dejado a Europa atrapada en medio de una guerra que no es suya. Es imperativo que Europa salga de esta estructura y reconstruya su propia potencia armamentística de defensa, una fuerza que refleje sus valores y prioridades, y que esté al servicio de la estabilidad continental, no de intereses ajenos.

Europa en la encrucijada. Pero la autonomía militar no es suficiente. Europa debe liderar el diálogo con Vladimir Putin, no desde la sumisión, sino desde la firmeza y la diplomacia inteligente. La paz no se alcanza con más armas ni con sanciones económicas que afectan tanto al agresor como a los propios europeos. La paz se construye con diálogo, con negociaciones audaces y con una visión clara de cómo poner fin al sufrimiento de millones de personas. Europa, con su tradición humanista y su experiencia en mediación, está llamada a ser el puente entre las partes en conflicto. No podemos permitir que otros decidan por nosotros; es nuestra seguridad, nuestra estabilidad y nuestro futuro lo que está en juego.

Europa en la encrucijada. Sin embargo, para que esto ocurra, es necesario que el pueblo europeo alce su voz. Ha llegado el momento de salir a las calles, de exigir a nuestros mandatarios que prioricen la paz sobre los intereses geopolíticos de terceros. La paz no es una utopía; es un derecho por el que debemos luchar. Los ciudadanos europeos debemos dejar claro a nuestros líderes que es posible construir una Europa fuerte, soberana y pacífica, pero solo si se atreven a tomar decisiones valientes y a romper con las dependencias del pasado.

Europa en la encrucijada. Europa tiene la capacidad, los recursos y la historia para ser un faro de paz y estabilidad en el mundo. Pero para ello, debe defender su idiosincrasia, su autonomía estratégica y su compromiso con el diálogo. La guerra en Ucrania es una herida abierta que solo puede cerrarse con una Europa unida, soberana y decidida a liderar el camino hacia la paz. El momento es ahora. La calle debe ser nuestra tribuna, y la paz, nuestra bandera.

JMG 3/2025

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