De la Censura al Disfraz
De la Censura al Disfraz: La Ironía de Idealizar el Franquismo
Resulta sorprendente escuchar a ciertos jóvenes afirmar que “con Franco se vivía mejor” mientras disfrutan de las fiestas de carnaval, una celebración que durante la dictadura estaba prohibida. Bajo el régimen franquista, cualquier manifestación cultural que no encajara con los valores nacional-católicos era considerada subversiva. El carnaval no fue la excepción: desde 1937, se prohibió oficialmente en toda España. Quienes desafiaban esta norma se arriesgaban a multas, detenciones arbitrarias, tortura e incluso prisión.
De la Censura al Disfraz: La Ironía de Idealizar el Franquismo
Hoy, esos mismos jóvenes que pasean disfrazados y celebran en las calles olvidan –o desconocen por completo– que en el franquismo no existían libertades básicas. No había libertad de expresión ni de asociación, las mujeres vivían bajo un sistema legal que las hacía dependientes de los hombres, y cualquier crítica al régimen podía pagarse con la cárcel o el exilio.
¿Por qué algunos idealizan ese pasado? En parte, por el desconocimiento histórico y la influencia de discursos nostálgicos que presentan el franquismo como una época de orden y seguridad. Pero esta visión simplista ignora la represión sistemática y el miedo en el que vivía la mayoría de la población.
La democracia actual no es perfecta, pero permite libertades que antes eran impensables. La ironía es evidente: quienes hoy disfrutan de la cabalgata del carnaval –una fiesta que simboliza la libertad y la crítica social– son los mismos que, desde la ignorancia, añoran un régimen que les habría privado de esos derechos.
Recordar la historia no es un acto de nostalgia, es un deber para no repetir los errores del pasado. Porque, aunque algunos lo olviden, con Franco no se vivía mejor. Se vivía con miedo.
JMG 3/2025
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