¿Ignorancia o mala fe?

Sobre Jessica de León y su invocación del artículo 30.1

¿Ignorancia o mala fe?:

En un momento político y social en el que Canarias atraviesa una grave crisis habitacional, ambiental y de modelo económico, con la población cada vez más excluida de su propio territorio, las palabras de quienes ostentan responsabilidades institucionales deberían medirse con rigor. Sin embargo, no es ese el caso de Jessica de León, actual consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, que ha decidido cruzar una línea extremadamente peligrosa: invocar el artículo 30.1 de la Constitución Española, el relativo al deber de los ciudadanos de defender España, para referirse, esta vez, a su rechazo a la propuesta de una financiación singular para Cataluña.

¿Ignorancia o mala fe?:

Según lo que ha declarado, esta consejera considera una amenaza tan grave el que Cataluña pueda tener un sistema propio de financiación, que se permite invocar principios de defensa nacional, algo que, en manos de una figura pública, roza la incitación a la lucha o incluso a la violencia simbólica. ¿De verdad puede entenderse la discusión sobre la financiación autonómica como una agresión a la patria? ¿De verdad se cree que usar estos términos es una forma legítima de defender Canarias?

¿Ignorancia o mala fe?: Habría que preguntarse si lo ha hecho desde la ignorancia o desde la mala fe. Porque si de León no sabe lo que implica recurrir a ese artículo, que abre la puerta, entre otras cosas, al servicio militar obligatorio o a la justificación del uso de la fuerza en nombre del “interés nacional”, entonces no está capacitada para ejercer un cargo público de esta envergadura. Y si sí lo sabe, entonces lo suyo es aún más grave: está utilizando el lenguaje de la guerra en un debate sobre política fiscal.

¿Ignorancia o mala fe?: Estamos, sí, en una democracia capitalista, con todos sus límites, pero que todavía permite ciertos márgenes para la movilización, la crítica y el debate entre territorios con realidades y demandas diferenciadas. Que se proponga un modelo de financiación “singular, federal y generalizable”, como ha planteado el gobierno catalán, puede discutirse, negociarse, incluso cuestionarse. Lo que no puede hacerse es reaccionar a eso como si fuera un ataque armado. Eso es pura irresponsabilidad institucional.

¿Ignorancia o mala fe?: Y lo más irónico es que quien se lanza a hacer esta defensa cerrada de la “unidad fiscal” es la misma persona que ha defendido sin rubor la entrega sistemática de nuestro territorio a grandes tenedores, a fondos extranjeros, al turismo desbocado y a un modelo económico que empobrece a la mayoría mientras enriquece a unos pocos. La misma consejera que no ha presentado una sola propuesta transformadora para Canarias. ¿Y ahora se erige en defensora de la patria?

¿Ignorancia o mala fe?: Ya era bastante ridículo que, en otras ocasiones, pidiera que no venga el presidente del Gobierno a veranear a Lanzarote, como si eso fuese el eje del debate político. Pero lo del artículo 30.1 no es una simple provocación: es un síntoma de lo que pasa cuando la mediocridad política se mezcla con un desprecio absoluto por el pueblo al que dice representar. O es una irresponsable, o es toleta. O, quizá, simplemente no es buena persona.

¿Ignorancia o mala fe?: Sea como sea, alguien que usa así el poder que le ha sido delegado debería ser cesada de inmediato. No podemos permitirnos tener al frente del turismo canario a alguien que, lejos de plantear soluciones, decide arremeter contra quienes se organizan o proponen modelos alternativos. Que no venga ahora a hablar de “odio” o de “radicalismos”. Lo verdaderamente radical es seguir entregando nuestra tierra mientras se criminaliza la disidencia y se enarbola la bandera de una unidad impuesta a golpe de Constitución mal leída.

Javier Marrero